jueves, 31 de enero de 2013 0 comentarios

Kerouac-Frisco-Coit

Así que me quedé otro día. Era domingo. Había una gran ola de calor; era un día maravilloso, el sol se puso rojo a las tres. Inicié la ascensión y llegué a la cima a las cuatro. Por todos lados había esos hermosos álamos y eucaliptos de California. Cerca de la cima dejaba de haber árboles, sólo rocas y hierba. Hacia la costa había ganado pastando. Allí estaba el Pacífico, a unas cuantas colinas de distancia, azul y enorme y una gran pared blanca avanzando desde el legendario terreno de patatas donde nacen las nieblas de Frisco. Dentro de una hora la niebla llegaría al Golden Gate y envolvería de blanco la romántica ciudad, y un muchacho llevando a una chica de la mano subiría lentamente por una de sus largas y blancas aceras con una botella de Tokay en el bolsillo. Eso era Frisco; y mujeres muy bellas a la puerta de blancos portales esperando a sus hombres; y la Torre Coit; y el embarcadero y la calle del mercado, y las once prolíficas colinas.

En el camino. Jack Kerouac. 




La COIT TOWER es una torre de 64 metros de altura situada en el Barrio de Telegraph Hill en la ciudad de San Francisco en los Estados Unidos de Norteamérica.
Fue donada a la ciudad por la Sra. Lillie Coit y es un homenaje a los Bomberos de San Francisco.
Está construida en hormigón armado y fue diseñada por los Arquitectos Arthur Brown Jr. Y Henry Howard y está decorada por dentro con murales de 26 artistas importantes de la ciudad de San Francisco.
Desde la COIT TOWER se puede obtener una espléndida vista de la ciudad y su visión desde la cima del Telegraph Hill, marca un punto importante de referencia en esta importantísima ciudad, la más europea según dicen los que conocen el territorio norteamericano por completo.


domingo, 20 de enero de 2013 0 comentarios

Stendhal-Bolonia

Al llegar a Bolonia, Fabricio, que se sentía muy cansado y no se atrevía a presentarse sin pasaporte en una fonda, había entrado en la inmensa Basílica de San Petronio. El delicioso fresco que encontró allí no tardó en reanimarle. “Soy un ingrato –se dijo de pronto-; entro en una iglesia para sentarme, como en un café.” Se arrodilló y dió efusivamente gracias a Dios por la evidente protección que le amparaba desde que tuvo la desgracia de matar a Giletti. Todavía le hacía temblar el peligro de que le hubieran reconocido en la comisaría de Casal-Maggiore.

La Cartuja de Parma. Stendhal.


La Basílica de San Petronio es la iglesia principal de la ciudad italiana de Bolonia, de la que domina la Plaza Mayor. Sus imponentes dimensiones (132 metros de largo por 60 de ancho, y una altura de la cúpula de 45 metros) hacen de ella la quinta iglesia más grande del mundo.
Dedicada a San Petronio, patrón de la ciudad (de la que fue obispo en el siglo V), su construcción se remonta a 1390, cuando el ayuntamiento encargó a Antonio di Vincenzo los trabajos de edificación de una gran catedral en estilo gótico, que según las primeras intenciones hubiera debido sobrepasar —en dimensión— a la Basílica de San Pedro, en Roma (el proyecto de tal majestuosidad fue bloqueado por voluntad papal).
La basílica gozó desde un principio de gran prestigio, hasta el punto de ser escogida por Carlos V para su coronación como emperador por parte de Clemente VII en 1530.
Los trabajos se alargaron durante siglos: tras la realización de la primera versión de la fachada, en 1393 se iniciaron las obras para las capillas laterales, que fueron concluidas sólo en 1479. Las decoraciones de la nave central son obra de Girolamo Rainaldi, que las llevó a cabo entre 1646 y 1658.
El embellecimiento de la fachada, con los nuevos portales menores a modo de corolario del portón central de Jacopo della Quercia, supuso también el revestimiento de la fachada. Pero las obras se pararon y retomaron varias veces: numerosos arquitectos (entre ellos, Baldassarre Peruzzi, Jacopo Barozzi da Vignola, Andrea Palladio, Alberto Alberti) fueron llamados para proponer soluciones artísticas, sin encontrar nunca una definitiva. Hoy en día la fachada permanece todavía incompleta.
miércoles, 9 de enero de 2013 0 comentarios

Chacón-Colomé

La lectura en voz alta del mensaje por parte de Sole producirá un sobresalto en Elvira. Chiqueta. Sólo hay una persona a la que ella haya oído decir chiqueta. No dirá a nadie que en aquella palabra ha creido reconocer a su hermano. No lo dirá, pero Elvira estará atenta al más mínimo detalle de la operación. No lo dirá, porque Tomasa es muy estricta, y también Sole, y es posible que piensen que, si ella sospecha que su hermano ha enviado la nota, se pondrá nerviosa y fallará en su cometido. Pero Elvira no se pondrá nerviosa, no. Ella estará atenta. Y cuando doña Antoñita Colomé, la invitada, finja un desmayo, interrumpirá la representación de La Tempranica y bajará del escenario con todas las demás. El resto, será confusión. Será confusión, para que dos camaradas disfrazados con los uniformes que Reme ha confeccionado en el taller de costura reclamen a Sole. No dirá que sospecha que uno de ellos es su hermano. No lo dirá, pero va a estar al tanto. Y aprovechará la confusión para acercarse a la puerta. 

La voz dormida. Dulce Chacón.



 Antonia Colomé Ruiz, más conocida como Antoñita Colomé, nace en Sevilla en 1910, en la calle Pureza del barrio de Triana, punto de origen y encuentro de lo más granado del arte popular andaluz. Desde pequeña supo que su lugar estaba en los escenarios y lucha con tesón para hacer realidad sus aspiraciones artísticas, removiendo todo tipo de obstáculos. Así, esta decidida y voluntariosa mujer no duda en burlar la negativa familiar a lo que constituía su firme vocación, contrayendo matrimonio a los 15 años con el bailaor Antonio de Triana, como una forma de conseguir el margen de autonomía necesario para iniciar su andadura profesional.

En 1934 debuta en el Teatro Eslava, gracias al empresario José Campua, trabajando después en algunas revistas del Tívoli de Barcelona, hasta que Benito Perojo la descubre y la lanza al estrellato cinematográfico.

Su carrera cinematográfica empieza con películas como Mercedes y Crisis mundial hasta que le llega la oportunidad de convertirse en una estrella con El negro que tenía el alma blanca, basada en la novela homónima de Alberto Insúa. Esta película, verdadero éxito mundial, lanza a la Colomé a la fama y marca el inicio de su ascensión vertiginosa en el escenario cinematográfico de la época. A partir de este momento, rodará cuarenta películas más, entre las que destacan: “El crimen de Pepe Conde”, “Mi fantástica esposa”, “Un idilio en Mallorca”, “El frente de los suspiros”, “Forja de almas”, “El bailarín y el trabajador”, “María Antonia la Caramba”, etc.

Cuando en 1936 se produce la sublevación militar y España empieza a sufrir los desastrosos azares de una guerra fratricida, la Colomé pasaba unos días de veraneo junto al escritor Edgar Neville y su esposa, en una localidad costera de Cataluña. Ante la gravedad del suceso tiene que volver inmediatamente a Barcelona, de donde parte hacia el exilio francés, siguiendo la estela de muchos otros artistas y pensadores de nuestro país. Establecida ya en París, contrae matrimonio, de nuevo, con Tony Martín, aunque tampoco en esta ocasión fue demasiado afortunada. Este segundo matrimonio fructifica en el nacimiento de una niña Eugenia Martín Colomé, al tiempo que le valió a nuestra protagonista dos estancias en la cárcel: una en la Santé de París y otra en la prisión de Odarreta en San Sebastián, acusada de complicidades de espionaje.
jueves, 3 de enero de 2013 0 comentarios

Zaidín-Salazar

“El barrio granadino del Zaidín era una aglomeración de gente, más perteneciente a un pasado de estrecheces que al futuro glorioso, que se levantaba sobre parte de la antigua Vega granadina. Allí llegaron en los años cincuenta trabajadores de toda la provincia – “trabajadores de toda la provincia, uníos”, decía en el Bar Gabriel el Sandokán, sindicalista persistente-, lo que provocó alta demanda inmobiliaria: cuchitriles donde criar a cinco churumbeles renegridos, y luego, qué remedio, reclamaron asfalto y hasta bibliotecas y carriles bici. Híbrido cruce, en fin, de un ambiente parecido al que aún tenían los pueblos del cinturón, con veta de suburbio.
Transitaba el barrio entre el paso definitivo a la vida pudiente de las hipotecas y la mirada atrás, tan atrás como cuando sólo se servía pollo dos veces al año, se almorzaban sobras de fin de semana el lunes, se fumaba caldo de gallina y la felicidad costaba muy poco”.


El detective del Zaidín. Alfonso Zalazar.








 Manuel Benítez Carrasco describió con estas palabras el nacimiento del Zaidín durante el pregón de las fiestas del barrio en 1994:


“Y fue en fin que los barrios de Granada entrados en años, se dijeron: vamos a crear un hijo, un hijo de todos que tenga sangre de todos, pero carne, esencia y presencia propias.

Y nació el Zaidín, resumen de latidos de otros barrios.

Nacido entre dos ríos y al que, al estrecharlo entre sus brazos fluviales, le pusieron de nombre Zaidín. Pan hecho con muchas harinas, pero pan Zaidín; vino de muchas parras pero vino Zaidín; corazón con muchas sangres, pero corazón Zaidín. Y ya padre Zaidín de numerosa familia generosa que dará a sus descendientes, además de ese apellido sonoro, el orgullo de tener dos rios como padrinos, de tener la vega como pila bautismal para después ennoviarse con la sierra, con las estrellas y con las granadas barrios, floridas también tras las orillas del Monachil y del Genil”
 

 
;