martes, 28 de octubre de 2014 0 comentarios

Trapiello - López Dóriga -1936



“Alonso propuso que se colocara una placa que recordase en lo venturo las cosas que sucedieron allí, y que ya era un ultraje que lo hubiesen convertido en un hotel. ¿Qué pensaríamos si transformaran Auschwitz o Dachau en paradores de turismo, y se destruyeran todas las huellas de la memoria de lo que allí sucedió? Me pareció bien la iniciativa de la placa, pero no prosperó porque a las “autoridades” les resultaba impertinente y de “mal gusto”. La Historia es de mal gusto. Entonces intervino don Martiniano Vélez, el farmacéutico, uno de los pocos concejales de izquierda que escapó con vida y a quién torturaron salvajemente durante dos años. Era por entonces el decano de los presos de San Marcos. Triste honor. Pobre, ya estaba muy enfermo, murió al poco tiempo. Era un orador nato, de la vieja escuela, a lo Castelar, a lo Azaña. En el mitin del 12 de febrero del 36, el propio Azaña lo subió a la mesa del Teatro Principal: Félix Gordón Ordás, Francisco Valverde Álvarez, Gabriel Franco y Luis López-Dóriga, el exdeán de Granada que fue en aquellas elecciones la contrapartida de la acémila de Sostenes Callejo.”
 Ayer no más. Andrés Trapiello.




Luis López-Dóriga nació en Oviedo en 1885. Su padre era un médico asturiano y su madre era originaria de Vinaroz.
Su padre murió muy pronto y la familia le envió a Granada, pues un hermano de su madre había sido nombrado arzobispo de Granada.
Bajo la protección de su tío, hizo estudios eclesiásticos y fue ordenado sacerdote en 1908, siendo nombrado canónigo de su catedral.
Se permitió viajar por varios países, donde pudo conocer su cultura y sus idiomas, aparte de especializarse en Sociología.
Posteriormente, se doctora en esa rama y fue profesor de la misma en la Universidad de Granada. También gozó de gran fama como orador, impartiendo múltiples conferencias.
Se aficionó al escultismo, o sea, el movimiento de los “Boys Scouts” y fue uno de los fundadores de esta organización en España. Llevándola a Granada en 1913. Por ello, recibió muchas felicitaciones, como la del rey Alfonso XIII, siéndole otorgada la medalla de oro al mérito escultista, tanto a él como a su tío, el arzobispo.


También organizó centros obreros y periódicos para los mismos y fomentó otras cosas para ellos, como la construcción de casas baratas.
La vida le sonreía hasta que, en 1920, murió su tío y le sustituyó en el cargo el obispo de Almería,  Vicente Casanova, el cual, desde entonces,  le prohibió todas sus iniciativas. Hasta el punto de tener que trasladar los boys scouts a otra sede, pues el arzobispo no los quería en una que fuera propiedad de la Iglesia.
En 1922, siendo consejero delegado del periódico religioso “La Gaceta del Sur”, apoyó la huelga de los obreros del gas y animó a los trabajadores del periódico para que la apoyaran,  logrando la animadversión del arzobispo Casanova.
A pesar de ello permaneció en su puesto de Deán en la catedral, por indicación del duque de San Pedro, uno de los principales prohombres de la Granada.
Conoció a Manuel Azaña y éste le invitó a entrar en el mundo de la política. Lo hizo dentro del Partido   Republicano Radical Socialista, cuyo líder era el catalán Marcelino Domingo.
Evidentemente, tras ser elegido en las primeras Cortes republicanas de 1931, obedeció convencido las consignas de su partido. 


Fiel como era a su ideología se opuso a las manifestaciones públicas de tipo religiosos, como la tradicional procesión del Corpus.
Cuando se votó el artículo 3 de la Constitución, relativo a la separación entre la Iglesia y el Estado, votó a favor de la moción, explicando que España está compuesta por gentes que son católicas y otras que no lo son. Por tanto, el Estado ha de permanecer neutral para no tener que imponer a nadie unas creencias religiosas. Lógicamente, todo esto desató un escándalo en los círculos católicos de su ciudad.
Quizás, por ese motivo, el obispo Lino Rodrigo, le mandó un “llamamiento paternal”, o sea, un primer aviso, para que fuera tomando nota.
Asimismo, votó, posteriormente, a favor del artículo 41, relativo al divorcio, alegando que el Estado debe respetar las creencias de los ciudadanos y no es competente para obligar a nadie a obrar contra el dictado de su conciencia.
No obstante, aclara que él respeta todas las opiniones sobre la indisolubilidad del matrimonio, pero que sería un gran mal no aceptar la posibilidad del divorcio, regulado por una prudente ley. Sería un paso más en la igualdad entre los sexos.
Tras esto, el arzobispo de Granada, Casanova, le envía un escrito, que fue publicado en el diario El Debate (dirigido por Herrera Oria) y luego en otros muchos periódicos católicos más, donde se le daba un plazo de 3 días para que nuestro personaje diera una pública y cumplida satisfacción a los creyentes católicos, los cuales estaban muy escandalizados a causa de sus declaraciones. En el caso de no producirse esa satisfacción, sería suspendido “a divinis”, sin perjuicio de otras penas a nivel canónico.
Como no se produjo la retractación de López-Dóriga, el obispo firmó el decreto de suspensión a divinis con fecha 14/11/1931.
En las mismas Cortes se suscitó un amplio debate sobre si la Iglesia podía sancionar a un diputado.
Al llegar a las Cortes el asunto de la expulsión de los jesuitas de España, nuestro personaje también votó a favor. Incluso, explica que está a favor, porque el Parlamento tiene que obedecer el artículo 26 de la Constitución, relativo a la prohibición de la enseñanza por parte de los religiosos. Además, está en contra de que en esa Cámara e debatan asuntos entre partidarios y enemigos de la Iglesia, porque perjudican a España.
Un año después de su sanción, el obispo la convierte en definitiva y decreta la excomunión y la privación de beneficio de Deán para nuestro personaje.
En este momento, el mismísimo ministro de Justicia, Álvaro de Albornoz,  que pertenece a su mismo partido, afirma que la medida es un atentado del poder eclesiástico en la actividad de un representante del pueblo.
El diario “El Defensor de Granada”, en marzo de 1933, informa del decreto y afirma que el sacerdote siempre estuvo del lado del liberalismo y del progreso. También dice que fue perseguido durante la dictadura de Primo de Rivera y ahora lo es por la Iglesia.
Nuestro personaje declaró que no tenía nada que reprocharse y que su conciencia estaba bien tranquila. No obstante, acepta como creyente la condena de la Santa Sede, pero cree que no ha atacado ni al dogma ni a la moral católica.
Por su condición de gran orador, participó en muchos mítines junto a Azaña, afirmando ser republicano, porque la II República defendía la libertad en el orden religioso y  la justicia en el orden social. Aparte de eso, en una de sus intervenciones dijo que “contra la República se han levantado dos formidables diques: el capitalismo y el clericalismo”.
Al finalizar esa legislatura de las Cortes, en 1933, oposita a una plaza como maestro en la Escuela Normal de Granada, ganándola.
Allí conoció a otra maestra, Josefina Roca-Fava, con la que se casa.


Así que, al final de la guerra, su amigo, el antiguo ministro Fernando de los Ríos, se lo llevó desde Valencia hacia Francia, para acabar en México.
Hay que precisar que, durante su estancia en Francia, fue nombrado cónsul honorario en la localidad fronteriza de Perpiñán y desde allí pudo ayudar a muchos españoles. Desde Perpiñán partió al exilio definitivo, instalándose en Veracruz, Méjico.
En ese país, se reunió con otros exiliados republicanos y pudo ganarse la vida dando clases de Humanidades en varios centros, como el colegio “Madrid”, para los hijos de estos españoles.
Falleció en 1962 y fue enterrado en México, pues no le permitieron regresar a España, a pesar de que ya le habían quitado sus sanciones canónicas. 



jueves, 23 de octubre de 2014 0 comentarios

Muladí - Gastón Morata - Sala de las dos Hermanas



“Shafir identificó el lugar como el Palacio de los Leones, las dependencias privadas del soberano granadino, del que todos habían oído hablar pero muy pocos visitar. Comparó la fuente con una similar, conocida como el Mar de Bronce, que recordaba haber contemplado en un libro referente al templo de Salomón en Jerusalén pero sujetada por doce bueyes, cada uno representando a las tribus de Israel, y de la que se afirmaba que en su superficie, el sabio rey de los judíos podía contemplar el futuro. Apreció un intenso olor a azahar que inundaba el lugar y procedía de los naranjos en flor plantados cerca de las esquinas, aunque no le dio tiempo a apreciar totalmente la belleza del lugar pues el oficial lo condujo, de forma rápida, a una dependencia situada en el lado norte del patio, a la que accedió bajo un arco semicircular festoneado.
La estancia era cuadrangular con arcos elevados en cada una de sus paredes que aparecían cubiertas de una fina y delicada tapicería de yeso reproduciendo motivos estampados variados pero armónica y coordinada: por techo, una cúpula de mocárabes rica, grandiosa y perfecta, con cuerpo de luces ochavado con dos ventanitas abiertas en cada lado de la ochava. Se la conocía como la Sala de las Losas por las dos grandes planchas de mármol de su pavimento”.

La muladí. J. L. Gastón Morata




Aunque quizás podamos pensar que el nombre de esta sala provenga de alguna leyenda o hecho acaecido en ella, el nombre de esta sala se debe a dos grandes losas gemelas de mármol que se encuentran en el piso de la sala por lo que, desde el siglo XVI, tras la conquista del reino de Granada, se denominaba también Sala de las Losas.



Esta sala era el centro que una serie de habitaciones que servían de residencia a la Sultana y su familia real, y se sabe que la madre de Boabdil vivió aquí con sus hijos, tras ser repudiada por Muley Hacén


Construida por Mohamed V la sala es cuadrada, con techos de lazo y alcobas que comunican con las Habitaciones de Carlos V y, a través de un balcón, con los Jardines del Partal. La entrada a la sala se realiza a través de un arco semicircular festoneado, que conserva las puertas de madera originales, a la izquierda de la entrada una puerta da entrada al retrete, y a la derecha la puerta comunica con las estancias superiores de la vivienda formadas por mirador y dos habitaciones con celosías, de las que se conserva una de la etapa nazarí expuesta en el Museo de la Alhambra



Esta zona fue consolidada por Leopoldo Torres Balbás entre 1927 y 1933. A través de un pasadizo podemos llegar a los aposentos altos, con techos labrados en el siglo XVI. A la cámara del mirador se accede a través de tres pequeños arcos, con mocárabes en los arcos laterales y albanegas labradas en el central. A través de sus ventanas podemos tener una vista del Patio de los Leones. 



El pavimento de la sala, de mármol, posee una pequeña fuente con surtidor y un canalillo que conduce el agua hasta el patio de los Leones. El elemento más impresionante de la sala, por su belleza y perfección, es la cúpula de mocárabes que encontramos en su techo, en la que la iluminación ha sido perfectamente estudiada, mediante la abertura de ventanitas laterales, convirtiendo la cúpula en una preciosa flor de una riqueza exquisita, que Ibn Zamrak ya dejó recogida mediante un poema del que podemos encontrar un fragmento sobre un zócalos de azulejos, con irisaciones metálicas. 


Las paredes de la sala están cubiertas de unas finísimas yeserías con diversos temas, entre los que podemos encontrar tanto el clásico lema de los nazaríes «Sólo Dios es vencedor» como, por ejemplo, unas manos cerradas.

sábado, 11 de octubre de 2014 0 comentarios

Bilbao - Felix G. Modroño - Stradella



“Por fortuna, Alfredo pudo acompañarla en sus momentos postreros; aquello en los que su madre quiso morir en paz y desvelarle un secreto guardado durante años. Un secreto que, unido a sus historia con Izarbe, le venía impidiendo su regreso a Bilbao. Quizás por eso, a veces prefería que ella se lo hubiese llevado a la tumba.
Junto a la fuente Médicis del jardín de Portugalete lloró entonces con desconsuelo por la muerte de su madre. Y junto a la fuente Médicis de los jardines de Luxemburgo lloraba ahora con desconsuelo por la muerte de Izarbe. Tan sólo hacía cuatro meses que ella había estado allí con él, exactamente en el mismo sitio donde en esos momentos se encontraba.
Las gotas de lluvia más atrevidas remolcaron sus lágrimas hasta la fuente. La muerte de su madre le empujó a huir de Bilbao y la de Izarbe le exigía ahora regresar.
Regresar para enfrentarse a su pasado.
De repente, las incipientes notas de un réquiem se desperezaron en su cerebro. Era el Aria di chiesa de Alenssandro Stradella. La melodía que desató su amor por la música desde que la escuchara por primera vez el 9 de abril de 1882, el mismo día que conoció a Izarbe.”

La ciudad de los ojos grises. Feliz G. Modroño.


Los orígenes de la composición de Pietá Signore son un misterio. De hecho hasta se ha puesto en tela de duda el nombre de su autor verdadero y se ha atribuido a Stradella.
Algunos afirman que Stradella realmente no fue su autor. Sin embargo desde que la New York State School Music Association le atribuyó la autoría de ésta aria, el nombre de Stradella aparece en los créditos como su autor.



 Pietá Signore es una pieza perteneciente a la época barroca. En los príncipios de esta época surge o resurge la necesidad de escuchar la voz humana en solitario, dejando atrás la polifonía vocal renacentista.
Esta necesidad ya venía  gestándose en los años anteriores al barroco cuando los músicos y poetas sentían la necesidad de expresarse en el canto de forma monódica. Dicha necesidad debe ser comprendida como una aspiración de expresarse de manera individual. De esta forma el cantante solista comienza a sobresalir y darse a notar para ser el centro de la atención. Estas nuevas aspiraciones hacen surgir la necesidad de una buena técnica vocal, que además del desarrollo de la voz implique que las palabras contenidas en el texto cantado se entiendan. Con el desarrollo de la monodia el cantante debió adaptarse a los cambios y empezaron a surgir escuelas de canto. Durante el barroco florecen géneros como son la ópera, el oratorio, la cantata y
las pasiones y se definen formas vocales como el recitativo, y el aria.
Con el paso del tiempo se hace más notoria la división del canto en recitativos y arias. Mientras el recitativo era una declamación melódico musical con libertad tonal, las arias eran obras interpretadas por solistas, en forma independiente, donde el cantante expresa sus sentimientos, pero sobretodo busca hacer alarde de sus virtudes vocales. Al desarrollarse estas formas vocales los teóricos del arte delcanto enseñan a lograr tonos bellos y sustanciosos. Se descubre también que en el canto no es suficiente poseer una voz prodigiosa, sino también una disciplina que incluya ejercicios para desarrollar y educar la voz hasta hacerla más robusta, manejable y con el dominio de una dicción clara.
Pietá Signore fue compuesta en este contexto de la historia del canto. La canción es un aria sacra, o aria di chiesa escrita como una forma de adoración a Dios. El título significa “Señor ten piedad” y por lo tanto el contenido del texto es una súplica a Dios pidiéndole perdón y piedad.
domingo, 5 de octubre de 2014 0 comentarios

Juanita la Larga - Comendadoras de Santiago - Juan Valera



“Si bien doña Inés sentía y confesaba que iba a hacer un inmenso sacrificio al desprenderse de Juanita, única mujer que la comprendía en el mundo y que podía ser su compañera, en manera alguna quería prescindir de este sacrificio, que le daría honra entre los mortales y que Dios lo tendría en cuenta para pagárselo en el cielo. Persistía, pues, con firmeza en su plan, pero lo retardaba, y mientras lo retardaba lo iba completando en sus pormenores, consultándolo todo con el padre Anselmo.
Decidió doña Inés pagar ella el dote de Juanita. Sobre lo que vacilaba aún era sobre el convento en que debía ponerla. Después de haber desechado muchos, pensó en uno que hay en Écija,  con cuya abadesa se carteaba, porque era allí donde se hacían los célebres bizcochos de yema imitados por Juana la Larga. Afirmaba doña Inés que toda persona que tenía buen paladar reconocía al punto la imitación de Juana, porque carecía del quid divinum que hay en los legítimos, prestándoles tan soberano sabor, que si con grosero y material supuesto pudiésemos imaginar que los querubines, cuando bajan a la tierra con algún mensaje de arriba, tienen el capricho o se allanan a comer algo, sin duda que no comerían otra cosa que los tales bizcochos de yema hechos por las mencionadas monjas.
A despecho de tan importantes motivos, no sabemos por qué doña Inés desistió de que Juanita fuera al convento de Écija, y hubo de fijarse al fin en las Comendadoras de Santiago, en Granada, donde, si no se hacen aquellos peregrinos e inimitables bizcochos, se hacen los mejores almíbares de toda Andalucía..”

Juanita la Larga. Juan Valera.




La Reina Isabel la Católica ofrece en la Catedral de Santiago de Compostela al santo Patrón de España la erección de un Monasterio de Comendadoras en el mismo momento en que conquiste la Ciudad de Granada. Esta promesa se hace realidad en 1501 a través de una Bula de erección de la Orden que firman los Reyes Católicos y el Papa Alejandro VI.


Es a través del Arzobispo de Granada Fray Hernando de Talavera, confesor de la Reina, que ofrece su casa aumentada con otras pequeñas parcelas junto al Cuarto Real, en el Realejo, al pié de la colina de la Alhambra, zona de asentamiento de los familiares de la dinastía Nazarí. De esta forma se constituye el primer Monasterio de clausura femenino en la Ciudad de Granada. Se cercan todas las casas compradas, se construye una iglesia con su enterramiento, en donde descansan las sobrinas del Arzobispo, primeras que profesaron en Granada de la Orden de Comendadoras y se construye el primer Hospital de Peregrinos del Camino Mozárabe de Santiago que partía desde Granada.

 
El Real Monasterio de la Madre de Dios de Comendadoras de Santiago crece, en estos tres primeros siglos, en privilegios y honores, así como en patrimonio. A finales del siglo XVIII, por indicación de la Corona, el antiguo Monasterio se derriba y los planos del nuevo edificio, los realiza el arquitecto real Francisco Sabatini, que envía a Granada a su Aparejador y ayudante Francisco Aguado que construye un gran edificio neoclásico, ejemplo de primera magnitud de la época, asimismo desmonta el artesonado mudejar de la Iglesia, que estaba en mal estado y decora las bóvedas a base de una nervadura goticista con ornamentación barroca e instala en el presbiterio una cúpula oval con linterna. 


La Iglesia tiene dos partes diferenciadas, la nave para los fieles con el presbiterio en alto y Coro bajo y alto reservado ala clausura contemplativa. Cinco contrafuertes o grandes pilastras a cada lado flanquean cuatro capillas en el lado de la Epístola y tres capillas y la puerta de acceso desde el Compás, en el lado del Evangelio. El presbiterio esta separado por una escalinata de la nave. 



Esta iglesia contiene una secuencia artística de primer orden y que abarca mas de 500 años de arte religioso, desde el primitivo Crucificado gótico del siglo XV hasta la soberbia imagen del Señor de la Oración en el Huerto, de Domingo Sánchez Mesa de mediados del siglo XX , pasando por los mas importantes autores de la Escuela granadina, Pablo de Rojas, Bernabé de Gaviria, Alonso de Mena, Pedro de Mena, Jose de Mora, Pedro Atanasio Bocanegra y Torcuato Ruiz del Peral


 
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