viernes, 28 de diciembre de 2012 0 comentarios

Stendhal-Père Lachaise

-¡Tanto peor! –dijo Julián-. Por lo menos, cuando se comete un crimen hay que hacerlo sintiendo placer en ello. No tienen de bueno más que eso, y sólo se les puede justificar un poco por esa razón.
La señorita de La Mole, olvidando por completo el sentido del decoro, se había interpuesto casi entre Altamira y Julián. Su hermano, que le daba el brazo, acostumbrado a obedecerle, miraba hacia otro lado para disimular su embarazo. Fingía verse detenido allí por el gentío.
- Tiene usted razón –decía Altamira-. Se hace todo sin placer y luego, nadie recuerda nada, ni los crímenes cometidos siquiera. Puedo señalarle a usted en este baile a diez hombres por lo menos que podrían ser condenados por asesinos. Ellos lo han olvidado y el mundo también. Muchos se enternecen hasta las lágrimas si su perro se rompe una pata. En el Père Lachaise, cuando alguien muere y “se arrojan flores sobre su tumba”, como dicen ustedes tan acertadamente en París, se nos informa de que el difunto reunía toda clase de virtudes, tantas como los esforzados paladines de antaño y se habla de las grandes hazañas de su bisabuela en tiempos de Enrique IV. Si a pesar de sus buenas disposiciones, el príncipe Araceli no consigue ahorcarme y puedo gozar de mi fortuna en París, le invitaré a cenar con ocho o diez asesinos a quienes todo el mundo honra y que no sienten ninguna clase de remordimientos.

Rojo y Negro. Stendhal.








El cementerio del Père-Lachaise es el cementerio más grande de París intramuros y uno de los más conocidos en el mundo. Está situado en el XX Distrito y tiene la peculiaridad de que muchos parisinos lo utilizan como si fuera un parque.

A principios del siglo XIX, se construyeron varios cementerios con el fin de reemplazar los antiguos cementerios de París. En las afueras de la capital se situaron: al norte, el cementerio de Montmartre; al este, el cementerio del Père-Lachaise; al sur, el cementerio de Montparnasse y, en el centro de la villa, el cementerio de Passy.

La concepción del cementerio del Père-Lachaise le fue confiada al arquitecto neoclásico Alexandre Théodore Brongniart (1803), en tanto que inspector general de la jefatura de la segunda sección de los trabajos públicos del departamento del Sena y de la villa de París. Brongniart hizo el proyecto de los principales ejes del cementerio y monumentos funerarios —algunos no se llegaron a realizar—, a excepción de la sepultura de la familia Greffuhle, que es de estilo neo-gótico. La capilla y la entrada principal fueron construidas por el arquitecto neo-clásico Étienne-Hippolyte Godde.

Tras su apertura, el cementerio del Père-Lachaise ha sido ampliado en cinco ocasiones: en 1824, 1829, 1832, 1842 y 1850. Esto le ha permitido pasar de 17 hectáreas y 58 áreas a 43 hectáreas y 93 áreas, que contienen 70.000 tumbas, 5.300 árboles, centenares de gatos orondos y miles de pájaros que anidan en sus ramas. El cementerio recibe en torno a dos millones de visitas al año.

El nombre dado al cementerio es un homenaje a François d’Aix de la Chaise (1624–1709), conocido como el Père la Chaise, que fue confesor del rey Luis XIV de Francia y que ejerció sobre él una moderadora influencia durante la lucha contra el jansenismo.

El 21 de mayo de 1804 el cementerio se abrió oficialmente para una primera inhumación, la de una pequeña de cinco años. Sin embargo, este cementerio no fue bien aceptado por los parisinos, que no querían ser enterrados en las afueras de París. Al ser transferidos al mismo los restos de algunos personajes de gran prestigio como Molière, La Fontaine y Abelardo y Eloisa, la élite parisina le concedió su beneplácito.

           
 
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