Una charla, en
principio intrascendente, en una red social ha llenado la tarde de recuerdos de
mi barrio, el Zaidín.
Al Zaidín
llegué en el 68, desde el Realejo, con 5 años. Soy zaidinero, aunque no viva
allí, porque es al Zaidín adonde se encaminan mis pasos cuando tengo, o no, algo
que hacer. Soy zaidinero, de la placeta
Jarama, porque allí jugué al poli, a las bolas, al fútbol,
porque allí aprendí a montar en bici, allí hice mis primeros amigos, allí
disfrute mis primeras alegrías y conviví con mis primeros temores, pero, por
encima de todo, porque en mi adolescencia recorrí el barrio todos los días, mañana, tarde y noche, bajo la lluvia o un bajo
un sol plomizo, sin saber si acelerar el paso o enlentecerlo, como un imbécil, sin saber que hacer para encontrarme con ella. Sin saber que hacer para que ella me encontrara.
1 comentarios:
Me encanta el texto, compañero, me ha emocionado.
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