domingo, 12 de enero de 2014

Rivadeneira/Caudilla-Intemperie-Jesús Carrasco



Con las primeras luces, vieron aparecer en el horizonte los restos de una gran construcción. El terreno era ondulado y, a medida que avanzaban, la ruina emergía o se hundía entre los campos de cereal agostados. El último repecho fue mostrando poco a poco los detalles de lo que llevaban viendo largo rato. Un alto muro de piedra y argamasa coronado por una hilera mellada de almenas y separado del camino por un guijarral estéril. Una única pared que aguantaba en pie gracias a la torre circular a la que se encontraba adosada. Varias hileras de mechinales recorrían la construcción de lado a lado a diferentes alturas. Los restos de un castillo o de una fortificación medieval sobre cuyo torreón alguien había colocado la figura de Jesús, que bendecía la llanura con dos dedos unidos. De su nuca salían tres potencias de bronce. El niño reconoció la imagen y al momento dio forma en su mente a la leyenda del castillo que todos los niños del pueblo habían escuchado en alguna ocasión.



Intemperie. Jesús Carrasco.




 Con la descripción del autor y la inestimable ayuda de Google Maps se puede afirmar, creo que acertadamente, que se trata del Castillo de Rivadeneira o de Caudilla.

El Castillo de Caudilla fue construido en el siglo XV por Don Pedro de Rivadeneira, Mariscal de Castilla. En los revueltos tiempos de Juan II permaneció fiel al rey, enfrentándose a las huestes de Don Álvaro de Luna. De este castillo partió Enrique IV con cien caballeros para someter a la ciudad de Toledo, que era partidaria del infante Don Alfonso.

El de Caudilla es un pequeño castillo palaciego, no militar, del último período feudal. Su planta tenía forma rectangular y contaba con un foso.
La torre del homenaje tenía tres plantas con ventanas en los dos pisos centrales, y el escudo de los Ribadeneira (cruz con cinco conchas sobre ondas), hoy irreconocible, en la última de ellas. También tenía matacanes, y sus esquinas eran redondas y contaban con garitones.

Se encuentra en estado de ruina avanzada. En 1999 aún subsistían el muro del norte, la torre del homenaje y otra torre redonda. Pero este castillo es una prueba de las consecuencias que traen la dejadez y la falta de preocupación, tanto de administraciones públicas como de los dueños particulares, ya que, de los escasísimos restos que se mantenían en pie actualmente solo queda una pequeña torre circular con una imagen de Cristo arriba, y parte de la derruida torre del homenaje. La parte de la fachada se vino abajo, debido posiblemente a los fuertes vientos que en 1999 azotaron la zona durante algunas semanas.

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