jueves, 16 de enero de 2014

Florian-Arthur-Wilde.



La escena tuvo lugar en el invernadero de la casa de mister Merton, situada en Park Lane, y en la que lord Arthur había cenado como de costumbre. Sybil nunca había parecido ser más feliz, y por un momento lord Arthur se sintió tentado de portarse como un cobarde, y escribir a lady Clementina que le devolviera la píldora, y dejar que el matrimonio se realizase, como si en el mundo no existiese el tal mister Podgers. Sin embargo, su buen juicio se impuso en seguida, y no flaqueó cuando Sybil se arrojó llorando en sus brazos. Aquella belleza que estremecía sus sentidos, también le tocó la conciencia. Pensó que destrozar una vida tan preciosa, por anticipar unos pocos meses de placer, sería una mala acción.
Permaneció con Sybil hasta cerca de la medianoche, consolándola y consolándose él al mismo tiempo. Muy temprano, a la mañana siguiente, salió rumbo a Venecia, después de haber escrito, en forma varonil, una carta muy caballerosa a mister Merton, explicándole el aplazamiento necesario de su matrimonio.
En Venecia se encontró con su hermano, lord Surbiton, que acababa de llegar de Corfú en su yate. Los dos jóvenes pasaron juntos dos semanas deliciosas. En las mañanas paseaban por el Lido, o se deslizaban en su larga góndola negra sobre los verdes canales; en las tardes recibían a sus visitas en el yate; y en las noches cenaban en Florian y fumaban incontables cigarrillos en la Piazza. 


El Crimen de Lord Arthur Saville. Oscar Wilde. 



El Café Florian ostenta el título de Cafetería más antigua de Italia. Sus orígenes se sitúan en el año 1720 bajo la denominación” Caffè alla Venezia trionfante” (Café de la Venecia Triunfante), aunque poco tiempo después ya era conocido como Café Florian debido al nombre de su propietario Floriano Francesconi.
La elegancia con la que estaban decoradas los dos salones con los que abrió el Café Florian, bajo los pórticos de la Plaza de San Marcos, pronto atrajeron a numerosas personalidades de la época, como el novelista y dramaturgo Goethe, o Giacomo Casanova, entre otros. Este último, probablemente atraído al ser el Florian el primer Café que permitía la entrada a las mujeres.
Poco a poco las personalidades que allí se daban cita fueron ampliándose, motivando que, en la segunda mitad del S. XVIII, el Café se ampliase a cuatro salas bautizadas como Sala degli Uomini Illustri (Salón de los Hombres Ilustres), Sala del Senato (Sala del Senado), La Sala Cinese (Sala China) u Orientale Sala (Sala Oriental) y por último La Sala delle Stagioni (Salón de las estaciones) o Venta degli Specchi (Salón de los Espejos).



La opulencia marcó la restauración del Café en 1858, dotando a cada uno de los salones de una decoración específica, de modo que, la Sala de los hombres ilustres albergó una colección de pinturas de personalidades venecianas tales como Marco Polo, Tiziano, Andrea Palladio y Benedetto.  La Sala del Senado cuenta con murales representativos de las artes y las ciencias y la Sala Oriental está inspirada en el lejano oriente, con pinturas de amantes y mujeres ataviadas con ropas exóticas. Por su parte, la Sala de las Estaciones cuenta con figuras de mujeres representando las cuatro estaciones.
Desde 1893, a instancias de Riccardo Selvatico -dramaturgo y poeta italiano-, el Florian pasó a convertirse en el hogar de la Esposizione Internazionale d’Arte Contemporanea (Exposición Internacional de Arte Contemporáneo),  conocida hoy como la Bienal de Venecia.
En la actualidad, el Café continúa siendo un símbolo para la ciudad de Venecia y son numerosos los turistas que invierten gustosamente alrededor de 10 euros que vale un Capuccino con panna, mientras escuchan, en su terraza, el bullicio de los turistas amenizado con las notas de un piano de cola.

2 comentarios:

morayma dijo...

La prestancia, la decoración, el personal y, en definitiva casi todo lo del Florián, excelente, menos.........el café, éste está muy mal elaborado y, claro, no me gusta, acostumbrados como estamos a los nuestros del café Futbol........

Mayoyo dijo...

Te creo, eso mismo me pasó en el Gambrinus de Nápoles y su famoso café nocciola........

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