domingo, 11 de mayo de 2014

Pepita Jiménez-Fedra-Hipólito.

Según mi padre, la mujer es quien se declara por medio de miradas fugaces, que ella misma niega más tarde a su propia conciencia si es menester, y de las cuales, más que leer, logra el hombre a quien van dirigidas el significado. De esta suerte, casi por medio de una conmoción eléctrica, casi por medio de una sutilísima e inexplicable intuición se percata el amado de que es amado, y luego, cuando se resuelve a hablar, va ya sobre seguro y con plena confianza de la correspondencia.

¿Quién sabe si estas teorías de mi padre, oídas por mí, porque no puedo menos de oírlas, son las que me han calentado la cabeza y me han hecho imaginar lo que no hay?

De todos modos, me digo a veces, ¿sería tan absurdo, tan imposible que lo hubiera?  Si lo hubiera, si yo agradase a Pepita de otro modo que como amigo, si la mujer a quien mi padre pretende se prendase de mí, ¿no sería espantosa mi situación?

Desechemos esos temores fraguados sin duda por la vanidad. No hagamos de Pepita una Fedra y de mí un Hipólito.

 Pepita Jiménez. Juan Valera.


Muerte de Hipólito. L. Alma-Tadema


Cuenta el mito que después de abandonar a la amazona Antíope, Teseo se casó con Fedra a  quién su hermano Decaulión había ofrecido para conciliar las relaciones entre Atenas y Creta y con la que tuvo dos hijos: Acamante y Demofonte. Fedra concibió una desesperada pasión por su hijastro Hipólito pero fue rechazada por él y por eso consiguió que su padre le enviara hacia Trecén, junto a Piteo. Mientras Hipólito viajaba hacia Trecén, ella contó a su esposo que había intentado violarla y Teseo, creyendo sus palabras, maldijo a su hijo ante Poseidón. Entonces un toro salió del mar y asustó a los caballos de Hipólito. Este perdió el control, salió despedido y se mató. Cuando conoció Fedra el destino de Hipólito no pudo aguantar el remordimiento y se suicidó.


Fedra. Alexandre Cabanel.


Eurípides en su  Hipólito narra que el joven es un cazador casto y devoto de Ártemis que ha despreciado el culto a Afrodita y por esto la diosa hace que Fedra conciba un gran amor hacia su hijastro. Fedra esta avergonzada de este sentimiento semi-incestuoso y por esto incluso intenta quitarse la vida no comiendo. La nodriza de Fedra se entera de esto e intenta hacer que él joven se acerque a Fedra. Después de ser rechazada por Hipólito teme que la acuse ante su marido y se suicida dejando una carta en la que acusa a su hijastro de intentar violarla en parte por despecho y en parte para evitar que su nombre quede manchado.

Cuando Teseo lee esto,  maldice a su hijo ante Poseidón y desprecia cualquier intento de su hijo de defender su inocencia. Poseidón hace que Hipólito quede herido en Trecén y sus compañeros lo llevan hacia su casa. Cuando llegan, Teseo ya sabe la verdad gracias a Ártemis y padre e hijo se reconcilian antes de que muera Hipólito.

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