…distribuí una fotocopia en la que había escrito mis siete mandamientos:Vivid cada día como si fuera el último.Olvidadlo todo pero no perdonéis nada.Vengaos los unos de los otros.Desconfiad del amor: se sabe cómo se entra pero no cómo se sale.No dejéis nunca nada en vuestro vaso, ni en vuestro plato, ni a vuestra espalda.No dudéis en caminar contra corriente. Sólo los peces muertos la siguen.Moríos vivos.Acababa de apurar mi copa de champán cuando recordé otro precepto que siempre me cuide de seguir: Dejad de lado vuestro amor propio. Si no, nunca conoceréis el amor. Lo grité y lo repetí dos veces para que se enterase todo el mundo, después Jacky conectó su móvil a los altavoces y cantamos, dirigidos por él, su aria preferida: E lucevan le Stelle de Tosca…..
La cocinera de Himmler. Franz-Olivier Giesbert.
«E lucevan le stelle (Y brillaban las estrellas)» es una
famosa romanza
para tenor de la ópera Tosca
(ópera), compuesta por Giacomo
Puccini, con libreto de Luigi Illica y Giuseppe
Giacosa, estrenada el 14 de enero de 1900 en el teatro Costanzi de Roma.
Es una composición elegíaca del tercer acto final, donde el protagonista, el
pintor republicano y simpatizante de las ideas liberales Mario Cavaradossi,
entona como prisionero en el Castillo Sant'Angelo (Roma), momentos antes
de su inminente ejecución.
Comienza con un melancólico y desolado sólo de clarinete
mientras despunta el amanecer, Cavaradossi evoca los momentos íntimos vividos con
su amante, la diva Floria Tosca,
las estrellas
se disipan lentamente y el carcelero lo llama para la ejecución.
Es una de las arias más famosas del repertorio lírico y su popularidad
supera incluso al única aria del rol titular de la ópera (Tosca), Vissi
d'arte.
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