“Por fortuna, Alfredo pudo acompañarla en sus momentos postreros; aquello en los que su madre quiso morir en paz y desvelarle un secreto guardado durante años. Un secreto que, unido a sus historia con Izarbe, le venía impidiendo su regreso a Bilbao. Quizás por eso, a veces prefería que ella se lo hubiese llevado a la tumba.Junto a la fuente Médicis del jardín de Portugalete lloró entonces con desconsuelo por la muerte de su madre. Y junto a la fuente Médicis de los jardines de Luxemburgo lloraba ahora con desconsuelo por la muerte de Izarbe. Tan sólo hacía cuatro meses que ella había estado allí con él, exactamente en el mismo sitio donde en esos momentos se encontraba.Las gotas de lluvia más atrevidas remolcaron sus lágrimas hasta la fuente. La muerte de su madre le empujó a huir de Bilbao y la de Izarbe le exigía ahora regresar.Regresar para enfrentarse a su pasado.De repente, las incipientes notas de un réquiem se desperezaron en su cerebro. Era el Aria di chiesa de Alenssandro Stradella. La melodía que desató su amor por la música desde que la escuchara por primera vez el 9 de abril de 1882, el mismo día que conoció a Izarbe.”
La ciudad de los ojos grises. Feliz G. Modroño.
Los
orígenes de la composición de Pietá Signore son un misterio. De hecho hasta se
ha puesto en tela de duda el nombre de su autor verdadero y se ha atribuido a
Stradella.
Algunos
afirman que Stradella realmente no fue su autor. Sin embargo desde que la New
York State School Music Association le atribuyó la autoría de ésta aria, el
nombre de Stradella aparece en los créditos como su autor.
Pietá
Signore es una pieza perteneciente a la época barroca. En los príncipios de esta
época surge o resurge la necesidad de escuchar la voz humana en solitario,
dejando atrás la polifonía vocal renacentista.
Esta
necesidad ya venía gestándose en los
años anteriores al barroco cuando los músicos y poetas sentían la necesidad de expresarse
en el canto de forma monódica. Dicha necesidad debe ser comprendida como una
aspiración de expresarse de manera individual. De esta forma el cantante
solista comienza a sobresalir y darse a notar para ser el centro de la
atención. Estas nuevas aspiraciones hacen surgir la necesidad de una buena técnica
vocal, que además del desarrollo de la voz implique que las palabras contenidas
en el texto cantado se entiendan. Con el desarrollo de la monodia el cantante
debió adaptarse a los cambios y empezaron a surgir escuelas de canto. Durante el
barroco florecen géneros como son la ópera, el oratorio, la cantata y
las
pasiones y se definen formas vocales como el recitativo, y el aria.
Con
el paso del tiempo se hace más notoria la división del canto en recitativos y
arias. Mientras el recitativo era una declamación melódico musical con libertad
tonal, las arias eran obras interpretadas por solistas, en forma independiente,
donde el cantante expresa sus sentimientos, pero sobretodo busca hacer alarde
de sus virtudes vocales. Al desarrollarse estas formas vocales los teóricos del
arte delcanto
enseñan a lograr tonos bellos y sustanciosos. Se descubre también
que en el canto no es suficiente poseer una voz prodigiosa, sino también una disciplina
que incluya ejercicios para desarrollar y educar la voz hasta hacerla más
robusta, manejable y con el dominio de una dicción
clara.
Pietá
Signore fue compuesta en este contexto de la historia del canto. La canción es
un aria sacra, o aria di chiesa escrita como una forma de adoración a Dios. El título
significa “Señor ten piedad” y por lo tanto el contenido del texto es una súplica
a Dios pidiéndole perdón y piedad.
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