sábado, 25 de enero de 2014 0 comentarios

Hanshichi-Kabuki-Okamoto Kidô-47 Ronin.



El detective estaba al corriente del incidente de la Izumiya por haber oído del él. Los miembros de la familia propietaria de la tienda eran unos enamorados del teatro e invitaban a todo el vecindario, así como a sus clientes, a una función de aficionados para celebrar el fin de año, y eso era siempre un gran acontecimiento. De nuevo, este año se levantó el día 19. Habían suprimido la separación entre tres habitaciones, y en el fondo se había preparado un escenario de unos seis metros de longitud. Tanto el vestuario como el decorado y el atrezo eran muy elaborados y los actores, eran todos aficionados entusiastas, reclutados entre el personal de la tienda y los residentes en el vecindario.
La función de esa noche consistía en cinco partes: la representación de los actos tres, cuatro, cinco, seis y nueve de la obra Chûshingurâ. El heredero de la casa Izumiya, Kakutarô, iba a encarnar al personaje de Hayano Kanpei.

Hanshichi. Un detective en el Japón de los samuráis. Okamoto Kidô.


La leyenda de los 47 Ronin, Chushingura, o leyenda de los 47 samuráis, es un relato, considerado como leyenda nacional en aquel país. La historia se desarrolló aproximadamente entre 1701 y 1703. Es la leyenda más famosa de código de honor samurai Bushidō. Cuenta la historia que un grupo de samuráis (exactamente 47) que se vieron obligados a convertirse en ronin (samuráis sin amo) de acuerdo al código de honor del samurai, después de que su daimyo (líder) se viera obligado a cometer el seppuku (ritual para suicidarse), por haber agredido a un alto funcionario judicial llamado Kira Yoshinaka, en una sede de gobierno. Los ronin idearon un plan para vengar a su daimyo, que consistía en asesinar a Kira Yoshinaka, y a toda su familia. Los 47 ronin esperaron aproximadamente un año y medio para no despertar sospechas. Después del asesinato de Kira se entregaron a la justicia, y fueron sentenciados al seppuku.



 


jueves, 16 de enero de 2014 2 comentarios

Florian-Arthur-Wilde.



La escena tuvo lugar en el invernadero de la casa de mister Merton, situada en Park Lane, y en la que lord Arthur había cenado como de costumbre. Sybil nunca había parecido ser más feliz, y por un momento lord Arthur se sintió tentado de portarse como un cobarde, y escribir a lady Clementina que le devolviera la píldora, y dejar que el matrimonio se realizase, como si en el mundo no existiese el tal mister Podgers. Sin embargo, su buen juicio se impuso en seguida, y no flaqueó cuando Sybil se arrojó llorando en sus brazos. Aquella belleza que estremecía sus sentidos, también le tocó la conciencia. Pensó que destrozar una vida tan preciosa, por anticipar unos pocos meses de placer, sería una mala acción.
Permaneció con Sybil hasta cerca de la medianoche, consolándola y consolándose él al mismo tiempo. Muy temprano, a la mañana siguiente, salió rumbo a Venecia, después de haber escrito, en forma varonil, una carta muy caballerosa a mister Merton, explicándole el aplazamiento necesario de su matrimonio.
En Venecia se encontró con su hermano, lord Surbiton, que acababa de llegar de Corfú en su yate. Los dos jóvenes pasaron juntos dos semanas deliciosas. En las mañanas paseaban por el Lido, o se deslizaban en su larga góndola negra sobre los verdes canales; en las tardes recibían a sus visitas en el yate; y en las noches cenaban en Florian y fumaban incontables cigarrillos en la Piazza. 


El Crimen de Lord Arthur Saville. Oscar Wilde. 



El Café Florian ostenta el título de Cafetería más antigua de Italia. Sus orígenes se sitúan en el año 1720 bajo la denominación” Caffè alla Venezia trionfante” (Café de la Venecia Triunfante), aunque poco tiempo después ya era conocido como Café Florian debido al nombre de su propietario Floriano Francesconi.
La elegancia con la que estaban decoradas los dos salones con los que abrió el Café Florian, bajo los pórticos de la Plaza de San Marcos, pronto atrajeron a numerosas personalidades de la época, como el novelista y dramaturgo Goethe, o Giacomo Casanova, entre otros. Este último, probablemente atraído al ser el Florian el primer Café que permitía la entrada a las mujeres.
Poco a poco las personalidades que allí se daban cita fueron ampliándose, motivando que, en la segunda mitad del S. XVIII, el Café se ampliase a cuatro salas bautizadas como Sala degli Uomini Illustri (Salón de los Hombres Ilustres), Sala del Senato (Sala del Senado), La Sala Cinese (Sala China) u Orientale Sala (Sala Oriental) y por último La Sala delle Stagioni (Salón de las estaciones) o Venta degli Specchi (Salón de los Espejos).



La opulencia marcó la restauración del Café en 1858, dotando a cada uno de los salones de una decoración específica, de modo que, la Sala de los hombres ilustres albergó una colección de pinturas de personalidades venecianas tales como Marco Polo, Tiziano, Andrea Palladio y Benedetto.  La Sala del Senado cuenta con murales representativos de las artes y las ciencias y la Sala Oriental está inspirada en el lejano oriente, con pinturas de amantes y mujeres ataviadas con ropas exóticas. Por su parte, la Sala de las Estaciones cuenta con figuras de mujeres representando las cuatro estaciones.
Desde 1893, a instancias de Riccardo Selvatico -dramaturgo y poeta italiano-, el Florian pasó a convertirse en el hogar de la Esposizione Internazionale d’Arte Contemporanea (Exposición Internacional de Arte Contemporáneo),  conocida hoy como la Bienal de Venecia.
En la actualidad, el Café continúa siendo un símbolo para la ciudad de Venecia y son numerosos los turistas que invierten gustosamente alrededor de 10 euros que vale un Capuccino con panna, mientras escuchan, en su terraza, el bullicio de los turistas amenizado con las notas de un piano de cola.

domingo, 12 de enero de 2014 0 comentarios

Rivadeneira/Caudilla-Intemperie-Jesús Carrasco



Con las primeras luces, vieron aparecer en el horizonte los restos de una gran construcción. El terreno era ondulado y, a medida que avanzaban, la ruina emergía o se hundía entre los campos de cereal agostados. El último repecho fue mostrando poco a poco los detalles de lo que llevaban viendo largo rato. Un alto muro de piedra y argamasa coronado por una hilera mellada de almenas y separado del camino por un guijarral estéril. Una única pared que aguantaba en pie gracias a la torre circular a la que se encontraba adosada. Varias hileras de mechinales recorrían la construcción de lado a lado a diferentes alturas. Los restos de un castillo o de una fortificación medieval sobre cuyo torreón alguien había colocado la figura de Jesús, que bendecía la llanura con dos dedos unidos. De su nuca salían tres potencias de bronce. El niño reconoció la imagen y al momento dio forma en su mente a la leyenda del castillo que todos los niños del pueblo habían escuchado en alguna ocasión.



Intemperie. Jesús Carrasco.




 Con la descripción del autor y la inestimable ayuda de Google Maps se puede afirmar, creo que acertadamente, que se trata del Castillo de Rivadeneira o de Caudilla.

El Castillo de Caudilla fue construido en el siglo XV por Don Pedro de Rivadeneira, Mariscal de Castilla. En los revueltos tiempos de Juan II permaneció fiel al rey, enfrentándose a las huestes de Don Álvaro de Luna. De este castillo partió Enrique IV con cien caballeros para someter a la ciudad de Toledo, que era partidaria del infante Don Alfonso.

El de Caudilla es un pequeño castillo palaciego, no militar, del último período feudal. Su planta tenía forma rectangular y contaba con un foso.
La torre del homenaje tenía tres plantas con ventanas en los dos pisos centrales, y el escudo de los Ribadeneira (cruz con cinco conchas sobre ondas), hoy irreconocible, en la última de ellas. También tenía matacanes, y sus esquinas eran redondas y contaban con garitones.

Se encuentra en estado de ruina avanzada. En 1999 aún subsistían el muro del norte, la torre del homenaje y otra torre redonda. Pero este castillo es una prueba de las consecuencias que traen la dejadez y la falta de preocupación, tanto de administraciones públicas como de los dueños particulares, ya que, de los escasísimos restos que se mantenían en pie actualmente solo queda una pequeña torre circular con una imagen de Cristo arriba, y parte de la derruida torre del homenaje. La parte de la fachada se vino abajo, debido posiblemente a los fuertes vientos que en 1999 azotaron la zona durante algunas semanas.

miércoles, 8 de enero de 2014 0 comentarios

Perry Smith-A sangre fría-Truman Capote




Su madre había sido una india de pura raza Cherokee y de ella había heredado aquella tez. El color yodo de la piel, los oscuros ojos húmedos y el pelo negro, siempre con una buena cantidad de brillantina y tan abundante que le permitía llevar largas patillas y un mechón corto caído sobre la frente a modo de flequillo. Si la aportación de su madre era evidente, la de su padre -un irlandés pecoso y de pelo color jengibre- lo era menos, como si la sangre india hubiese borrado toda huella de la estirpe celta. Pero los labios rosados y la nariz afilada confirmaban su presencia, al igual que aquel aire malicioso de arrogante egocentrismo irlandés que con frecuencia animaba la máscara cherokee y que llegaba a dominarla por completo cuando tocaba la guitarra y cantaba. Cantar e imaginar que lo hacía ante el público era otro fascinante modo de ir pasando las horas. Siempre recurría mentalmente a la misma escena: un local al nocturno de Las Vegas, que era, en realidad, su ciudad natal. Un local elegante lleno de celebridades pendientes de la sensacional revelación, y entusiasmadas con aquel nuevo astro que interpretaba con un fondo de violines, su versión de I’ll be seeing you, y luego como bis, la última balada que había compuesto.

A sangre fría. Truman Capote.








Así describe Truman Capote a Perry Edward Smith, el asesino, junto a Richard Eugene Hickock, de la familia Clutter de Holcomb (Kansas) en Noviembre de 1959, y que murió en la horca en Abril de 1965. Capote describe la vida del pueblo del medio oeste americano, su situación social y cultural, esboza retratos de las víctimas y de los que le rodean, describe el trabajo policial, y fundamentalmente, se concentra en los asesinos, construyendo su armazón emocional de forma tan magistral que el lector les llegará a conocer íntimamente.


 Perry Smith
sábado, 4 de enero de 2014 0 comentarios

Fin de año.

Un año más
la flor de Pascua, el gato.
Pero esta vez
un espacio vacío,

el aire de una ausencia.

Susana Benet.


 
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