lunes, 19 de mayo de 2014

Huangpu-Marsé-Shanghai.



Grave silencio de ahogados sube desde el río y él prueba solidariamente por última vez a mirarse en las aguas turbias, a mezclarse con ellos y ahogarse también y desaparecer, pero no siente nada. Durante todo su frenético exilio el Kim se contempló en el espejo del pasado de una manera cómplice, hasta que un buen día decidió romper ese espejo y mirarse en el del futuro juntamente contigo, tu madre y un par de canciones siempre en el recuero, ya ves qué poca cosa, qué ligero se le quedo el equipaje de la esperanza; pero ahora piensa que tal vez ya es demasiado tarde…
¿Qué nueva derrota era esa, y cómo no acertó a prevenirla? Y vuelve a hundir la mirada en el río del tiempo y se pregunta ¿dónde nos equivocamos? ¿Cuándo se torció el camino, donde extraviamos la utopía? ¿Por qué tanta fe y tanto vigor moral se trocaron en egoísmo y superchería?
Entonces empieza a llover con fuerza sobre los muelles y la frondosa arboleda del Bund exhala un intenso aroma que se mezcla con el hedor del Huangpu.

El embrujo de Shanghai. Juan Marsé.


El río Huangpu (literalmente «río bahía amarilla») es uno de los iconos de la gran ciudad de Shanghai. Con una longitud de 114 kilómetros, este divide Shanghái en dos regiones: Pudong al este y Puxi al oeste, y confluye en la misma ciudad con el Yangtze, el río amarillo, y ambos en el Mar del Este de China.
 
La ciudad de Shanghái extrae la mayor parte de su agua potable del Huangpu, por lo que éste es fundamental para la ciudad.
La tramo más importante del río Huangpu es el que separa con sus 400 metros de anchura las zonas del Shanghai colonial, el Bund, con el Shanghai más ultramoderno, la nueva zona financiera de Pudong.

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